TE QUIERO

Nos cuesta la vulnerabilidad.

Abrir nuestro corazón y permitirnos ser y vivir desde ahí es un riesgo que no queremos correr. Nos resulta difícil mostrar quiénes somos desde lo que sentimos. Exponernos da miedo porque nos aleja del control. Decir te quiero asusta, a veces incluso avergüenza, porque nos coloca sin defensas ante la vida y ante los otros. Nos hemos acostumbrado a dar prioridad a lo que pensamos. La mente, aunque nos haga sufrir, es nuestra zona de confort. Hemos dejado el corazón para otro momento. Esperamos a que sean los demás los que nos muestren sus sentimientos, y mientras, nos mantenemos protegidos en nuestra burbuja de invulnerabilidad.

Sin darnos cuenta, nos hemos ido acostumbrando a los “te quiero precipitados”. A esos que solo existen cuando hay despedidas, ausencias o muertes. Nos hemos alejado de nuestro niño interno y no deberíamos dejar que eso ocurriera. No podemos esperar al momento en que ya sea demasiado tarde. Vivir desde el corazón es urgente y necesario. Y lo es porque ese es el lugar en el que habita el Alma y al abrirnos al sentir, estamos dando la bienvenida a una nueva forma de vida. Mucha más plena, fluida, y consciente. Mucho más real y con mucho más sentido.

Necesitamos más abrazos de los que nos damos, más te quieros y más besos. Necesitamos más vulnerabilidad, más vínculo, más contacto, más apertura de corazón. Necesitamos permitirnos sentir lo que sentimos, sin resistencias y sin trampas. Necesitamos descubrir el poder infinito que se esconde detrás de una vida vivida de todo corazón, y para eso, debemos evaluar y sanar nuestros miedos, todas las resistencias y corazas que nos defienden del camino del Alma.

Estamos en esta experiencia para reencontrarnos con nuestra verdadera naturaleza. Y la única forma de recordar que somos una expresión del Amor Universal es convirtiéndonos en ese Amor.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Juan Pablo Rodríguez

Photo by Juan Pablo Rodríguez